domingo, 9 de noviembre de 2025

Propuesta para alumnas de Administración.

 

El viaje por la Puerta Negra

Xian-Di observó desde el puente de mando de la nave cósmica a la estrella del sistema, esta se tornaba cada vez más grande, la enana roja se estaba volviendo inestable. Y no había sido un factor natural, los enemigos habían provocado esa tragedia ya que ellos no necesitaban de planetas para subsistir. La anomalía había causado un cambio en el comportamiento del astro que provocaría un holocausto sin precedentes, los días de aquella gallarda civilización estaban contados. Xian debía llevar a cabo su osado plan o no habría futuro para los datenieres.


La nave cruzó las estaciones orbitales de defensa y los inmensos cañones cuánticos de la flota estelar. Daten era un mundo gigantesco, no estaba siempre con la misma cara hacia el sol, como suele suceder en los orbes de los sistemas con enanas rojas, las corrientes de aire lo habían desanclado y el mundo tenía una rotación lenta. Un día podía durar meses.

La fragata desplegó sus patas en la plataforma de la ciudad-selva capital. Las torres de ámbar, que llegaban a una altura de varias decenas de kilómetros, estaban empotradas entre las frondosas selvas rojas que habían sido las nativas de su tribu. La belleza del lugar era proverbial.

Varios sacerdotes se acercaron al verlo descender, llevaban largos mantos de vivos colores, la piel era prácticamente negra y tenían ojos rojos para ver en ultravioleta. Sus cuerpos eran humanoides, no superaban

el metro setenta y tenían seis dedos en cada extremidad. Xian se les parecía mucho, también era un datenieres. Saludó con una reverencia a los líderes de su comunidad.

—¿Has podido viajar a la Puerta Negra? ¿Es posible? —pronunció el más anciano sin siquiera mediar saludo. La ansiedad llegaba día a día a picos más altos.

—No es una tarea fácil. Es posible, hay riesgos enormes a cada paso. Mi amada Garadia ya ha partido, ella tenía fe ciega en nuestros descubrimientos. Es probable que nos estén esperando nuestros enemigos.

—Es obvio. Entonces partiremos a la brevedad, tú irás en la vanguardia. Te confiamos el destino de nuestra raza. —En ese instante se acercaron decenas de perrosplanta, un tipo de animal doméstico que era un vegetal móvil con inteligencia. Xian se sintió apenado, solo la raza dominante viajaría. No iban a forzar la puerta. Ahí quedaría toda la fauna, los templos, las ciudades, todo lo que habían creado durante eones sería tragado por las llamaradas de fuego y reducido a cenizas que se moverían por el cosmos.

Meses después se encontraban los supervivientes de la brutal guerra estelar en las gigantescas naves coloniales, no sabían plegar el espacio, llegar al planeta de destino solo era posible con la Puerta Negra, un agujero en el tejido del espacio tiempo que había sido descubierto hace varias décadas. Ahora, sabían su secreto...

El viaje fue de dos décadas. Difíciles, donde muchos quedaron por el camino, sabiendo que el único destino posible era morir en la soledad de la oscuridad. No había posibilidad en las otras colonias de vivir con sobrepoblación. La huida se había dado con lo justo, los procesadores de alimento estaban al máximo y hasta se dudaba de su eficacia prolongada. Los repuestos también eran escasos, había que mantener a la perfección los mecanismos o todo podía terminar en desastre.

Xian contemplaba aquella masa extraña y luminosa que llenaba el vidrio delantero. Solo faltaban unas horas para que terminara su periplo, entonces aparecieron ellos. La guerra también los había dejado al borde de la extinción, el enemigo eran los Deyeni, una raza de origen vegetal-animal que vivía en un sistema cercano a Daten. Las dos especies jamás se habían entendido, sus sistemas económicos y políticos diferían, sus filosofías metafísicas era incomparables. Así, poco a poco, nació una enemistad que hasta se había olvidado parcialmente con la matanza organizada por los planetas y lunas. Los datenieres habían aniquilado sus hábitats en los asteroides y ellos se habían vengado, modificando la estrella de forma irreversible usando las nano-células de combate, el arma definitiva del enemigo.

Los Deyeni se habían adaptado por siglos a vivir parcialmente expuestos al espacio, por eso sus naves eran pequeñas y ágiles, atacaron como un enjambre embravecido de insectos a las rechonchas colonias de los habitantes de la superficie. Dos de estas explotaron, iluminaron con fogonazos nucleares el negro paño estrellado y aterciopelado de la inmensidad.

Acto seguido comenzaron a volar los misiles guiados por inteligencias artificiales y el ballet mortal de invisibles rayos láser que eran solo observables en los tanques

holográficos de los puentes de mando o en los visores de los pilotos de guerra.

Xian ordenó que desplegaran a los cazas, cada piloto sabía que eran escasas las posibilidades de poder volver a los hangares antes que se adentraran en la puerta. La batalla fue brutal y rápida. Las naves coloniales eran aniquiladas, una tras una. Parecía que todo estaba perdido. Pero el enemigo también sufría bajas irreversibles, se estaba condenando a sí mismo a la extinción con tal de terminar con aquel éxodo.

—i Señor! No podemos seguir presentando batalla — le gritó a Xian uno de los encargados de la misión.


—¡Nos vamos! A toda potencia hacia la puerta. No hay más nada que podamos hacer aquí. ¡Conecten toda la energía de los motores!

Así fue como la nave colonial dejó atrás la batalla. Los últimos de los seres planta terminaron con las últimas defensas de los datenieres. ¡Solo quedaban ahora los hombres de Xian! ¡Eran los últimos sobrevivientes de la guerra! Sin pensarlo más se zambulleron en aquella luminosidad de negro interior. Fue como si el tiempo se detuviera, se sintieron arrancados de sus cuerpos. Dolió más que la muerte y duró más que una existencia.

Nueve meses duró la estadía de Xian en aquel útero, varios meses antes del parto cobró consciencia de sí mismo. Ahora solo quedaba esperar. El nacimiento no fue fácil, enseguida su madre humana lo colocó en el pecho y tomó extasiado. Ahora podrían descansar.

el metro setenta y tenían seis dedos en cada extremidad. Xian se les parecía mucho, también era un datenieres. Saludó con una reverencia a los líderes de su comunidad.

—¿Has podido viajar a la Puerta Negra? ¿Es posible? —pronunció el más anciano sin siquiera mediar saludo. La ansiedad llegaba día a día a picos más altos.

—No es una tarea fácil. Es posible, hay riesgos enormes a cada paso. Mi amada Garadia ya ha partido, ella tenía fe ciega en nuestros descubrimientos. Es probable que nos estén esperando nuestros enemigos.

—Es obvio. Entonces partiremos a la brevedad, tú irás en la vanguardia. Te confiamos el destino de nuestra raza. —En ese instante se acercaron decenas de perrosplanta, un tipo de animal doméstico que era un vegetal móvil con inteligencia. Xian se sintió apenado, solo la raza dominante viajaría. No iban a forzar la puerta. Ahí quedaría toda la fauna, los templos, las ciudades, todo lo que habían creado durante eones sería tragado por las llamaradas de fuego y reducido a cenizas que se moverían por el cosmos.

Meses después se encontraban los supervivientes de la brutal guerra estelar en las gigantescas naves coloniales, no sabían plegar el espacio, llegar al planeta de destino solo era posible con la Puerta Negra, un agujero en el tejido del espacio tiempo que había sido descubierto hace varias décadas. Ahora, sabían su secreto...

 

Propuesta

1) ¿A qué género de texto pertenece este fragmento? Fundamenta.

2) Resume con tus palabras sobre qué trata, nada de IA ni consulta con la compañera.

3) Continúa el relato con un texto que no supere los tres párrafos, mantén coherencia y estilo.

4)  Analiza gramaticalmente los dos enunciados subrayados.

 

Es escrito lo entregan en formato papel el miércoles 12/11. El resultado se los entrego el viernes 14.