domingo, 9 de mayo de 2021

Entrevista a un booktuber: Rodrigo Éker

Desde Mendoza, Rodrigo Éker nos cuenta su experiencia como booktuber

Cuatro Bastardos: -¿ Desde cuándo subís tus videos en tu canal? ¿Cómo se te ocurrió la idea?

Rodrigo Éker: - Abrí el canal en enero de 2016. Tenía intenciones de hacerlo mucho antes, ya que miro videos de booktubers desde hace tiempo, pero lo abrí en el momento que creí más oportuno. Siempre he amado la lectura y me pareció una excelente manera de conectarme con lectores y escritores de todas partes del mundo. La comunidad de booktube, después de todo, es muy abierta y receptiva con todo aquel que decida involucrarse en ella.

CB - ¿Cuál es el primer video de tu canal que recomendás a tus lectores para conocerte?

É.R - Si es para conocerme desde lo personal, les recomiendo que miren mi video de "50 cosas sobre mí" donde hablo un poco sobre mis gustos personales, preferencias y otras cosas al azar. Con relación a la literatura, pienso que algunos de mis videos más logrados son "Ficción litera vs. ficción de género", "Cómo reducir tu biblioteca", y la serie de seis videos que hice para mi especial de Hallloween.

C.B:- ¿Por qué elegís un medio audiovisual? ¿Qué te permite este soporte?

É.R.- Creo que el futuro es audiovisual. Vivimos en una época de integración y multitasking. Las personas  -particularmente jóvenes- ya no se conforma con leer un libro o mirar una película. Quieren vivir una intersección de medios, inmediatez y retroalimentación. La participación es clave. Hemos roto la barrera entre el escritor y su público, el cineasta y su público. Hasta es posible interactuar con un político o una celebridad desde la comodidad de tu casa. Youtube es una herramienta muy poderosa para los escritores, ya que le pone una cara y una voz al creador y saca a relucir su personalidad a la vista de todos. Además -y esto es cierto para todo youtuber-, se crea una relación de cercanía muy particular entre el creador de contenido y el espectador, pues en cierto sentido se asemeja a una charla cara a cara entre uno y uno. Gracias a los comentarios, el intercambio se torna directo.

En lo personal, no encuentro muy complicado o demandante generar nuevo contenido o editarlo, pero todavía tengo dificultades para desenvolverme con naturalidad frente a la cámara. Es algo que me tocará superar de a poco.

C.B: - ¿Qué tipos de videos, reseñas, comentarios, consejos- subís?

É.R.: - Mayoritariamente subo reseñas, bookstags y wraps-ups (resúmenes de lectura). También he experimentado con otras expresiones de contenido literario (consejos, listas, reflexiones, análisis y especiales temáticos). Tengo muchos planes para diversificar el contenido en el futuro y siempre presto mucha atención a las sugerencias de mis seguidores. Ocasionalmente, he aprovechado para incluir un poco de contenido musical.

C.B.:- ¿Cómo te manejas con las redes sociales?

É.R.- Es un constante aprendizaje. Me concentro en tratar de articular los contenidos de mi blog, mi canal de Youtube, mi cuenta de Twitter, y mi feed de Instagram. Distintas plataformas atraen a distintos tipos de personas y requieren distintos acercamientos. Esa es una de las bellezas de nuestra era de redes sociales: los intereses más diversos puede converger para unir a la gente a través de sus pasiones.

C.B.:- ¿Cuáles son tus libros favoritos?

É.R._ Es difícil elegir, pero algunos de los que se me vienen a la mente son Moby Dick de Hermann Melville, Doktor Faustus de Thomas Mann, El idiota de Fyoror Dostioevski, Las olas de Virginia Woolf y las Correcciones de Jonathan Franzen. Son libros que, de alguna manera, han cambiado mi manera de pensar en el mundo y la literatura.

C.B.:- ¿Cómo es la relación con tus espectadores?

É. R.- He formado amistades. He abierto espacios de interacción -preguntas y respuestas- y planeo continuar haciéndolo en el futuro. Leo y respondo comentarios y siempre estoy pendiente de las dudas, consultas y opiniones de mis espectadores. En muchos sentidos hemos creado una micro comunidad que de a poco va creciendo. Algunos, incluso, han leído libros que he recomendado y yo también he leído otros que ellos me han recomendado. Es un constante ida y vuelta.

                        https://cuatrobastardos.com/2017/03/20/rodrigo-eker-entrevista-booktuber/




 

Fragmento de un cuento de Andrea Arismendi Miraballes Mes del Libro


    El lunes por la mañana la fiebre me acompañó durante la jornada de trabajo. Pasé las horas lentas, absolutamente inquieta, reconcentrada en los sucesos del día anterior, asustada por la cantidad de sangre que había salido de mi nariz, preguntándome si estaría enferma o hasta moribunda y no lo sabía. Al salir, el caníbal estaba parado en la acera frente al lugar donde aguardaba el bus. Me hacía señas con una mano, me saludaba, me invitaba a cruzar la calle. Lo ignoré como puede. Cuando llegué a mi casa intenté no pensar en lo que había ocurrido. Fue imposible. Cada vez que quiero escapar de un pensamiento, este se tornaba obsesivo y hasta sueño con él. No hay voluntad posible que nos aparte de nuestra mente. Decidí que no tocaría el maletín en unos días y que visitaría a mis padres en cuanto tuviera un día libre.

     La semana transcurrió entre la irrealidad de la vigilia y las pesadillas nocturnas. La presencia del caníbal era agobiante con su constancia; cada vez que salía del edificio estaba frente a mí, silencioso y gesticulando. La fiebre no cesaba, los recuerdos y pensamientos en torno al aljibe me acosaban continuamente. La cara imposible del mandril, sus compañeros, cada uno tan desagradable como él, me provocaban una especie e vértigo, una sensación de caída que me hacía incorporar en la cama a la noche. (…).
     Revolví papeles buscando el número de teléfono de la central de mi piso en la empresa. ¿Cuánto hacía que trabajaba allí? ¿Diez años? ¿Quince? Tal vez cerca de veinte. ¿Cómo alguien podría olvidar algo así? Años de rutina y tedio estaban afectando mi memoria. Parecía ser irreversible. Temí que una enfermedad heredada o contagiosa se estuviera asentando y quedara como mis padres, sumida en una profunda e impenetrable ausencia. Del otro lado del teléfono una voz digital me indicaba varios números que iban derivándome a varias contestadoras hasta dar con una voz humana o por lo menos, parecida. Era inusual faltar a mi trabajo. En tantos años jamás lo había hecho. A pesar de eso se me explicó que afectaría la contabilización de mis días de trabajo para la jubilación. Me dio lo mismo. No me detuve a pensarlo y exigí que enviaran al médico estatal para certificar mi ausencia. Llegaría como máximo en tres horas, así que en ese estado planifiqué el resto del día. Aprovecharía la ocasión para visitar a mis padres.
     La espera fue tensa pero breve. El médico solo me hizo unas preguntas y no quiso traspasar el umbral. Cuando le conté que sangraba la nariz cada vez con más frecuencia, causándome mareos y hasta desmayos, levantó la vista del documento sobre el que estaba escribiendo.
     -Es una enfermedad cada vez más común, lo siento. No hay solución. Le diría que asista a un hospital público, pero probablemente la atiendan en un año o más. No es posible conseguir medicamentos para su condición; el Estado no los reparte y son demasiado costosos.
     Estiró su brazo y examinó los ojos bajo mis párpados mientras me explicó que tenía anemia. Sacó un tensiómetro de su maletín y ahí, parados en la puerta de entrada me dijo que tenía la presión demasiado alta. Me tomó la temperatura y no se mostró sorprendido por el resultado. Afirmó con certeza que si continuaba así probablemente no tendría chances de sobrevivir. No supe qué decirle. Sabía que no tenía sentido rogar por atención médica especializada. Atiné a preguntarle si estaba seguro y me contestó con cierta resignación en la mirada que era la misma enfermedad que estaba matando a todos. Que estábamos intoxicados, mal alimentados, y atacados por un montón de bacterias imposibles de tratar. Se despidió con una disculpa y percibí otra vez un dejo de amargura en su rostro. Un médico que no puede curar.. (…).

Andrea Arismendi, Cuando eso acecha.