viernes, 12 de mayo de 2023

Carta II

                                                            México, D. F. a 4 de febrero de 1947 

Mujercita:

                No pudimos salir el domingo por falta de gasolina y no fue sino hasta las doce de la noche del lunes cuando llegamos a esta. Yo creo que me voy a regresar antes de lo que esperaba, pues ya está por arreglarse el asunto. Ya te platicaré después en que consiste el ofrecimiento que me hicieron.

                Dime cómo están los niños y los has envuelto bien ahora que comienza a hacer frío. Dime también cómo están esos ojos tan bonitos que con esta hora en que escribo ya van 48 horas que no los veo, 2.880 minutos o 17.280 segundos; y si ya les has enseñado a hacer nuevos gestos. Cuéntamos también cómo se ha portado esa muchachita a la que quiero tanto (...).

                No sé, a veces, cuando me pongo a pensar que tengo que venir a vivir aquí, siento un cosquilleo muy raro en el estómago (tú ya sabes que esas cosquillas son mi falta de decisión), y es que ya siento extraña la vida de aquí, o tal vez porque tú has hecho que Guadalajara sea lo que antes de conocerte no era para mí. Aunque... Y ahí está el aunque. Yo ya dije lo que tenía que hacer y lo haré, ayudando mi voluntad con la tuya. Espero lo mejor para los dos.

            Te ODIO, mujercita de mi alma.

                                                                            Juan