domingo, 6 de octubre de 2019

Para alumnos de 1er. año.


Contemplando aquel lugar que parecía arrasado por el fuego, sentí deseos de ponerme a llorar. Llorar por mi suerte y por la de mis compañeros y por la del Capitán y su descabellada empresa, y la de cuantos locos como nosotros hay en el mundo: y así lo hubiera hecho, de no haber oído en ese instante los gritos de Juan Ginovés, reclamando nuestra presencia y dando voces en su incomprensible dialecto.
Todos corrimos hacia él y, uno a uno, fuimos quedando como de piedra, contemplando un miserable pozo en cuyo fondo... en cuyo fondo brillaba... brillaba un agua barrosa que nos llamaba con sus destellos. Uno a uno fuimos cayendo de rodillas en el barro, disputándonos un espacio para mojar nuestros labios en aquel líquido caliente que sabía a sangre y tenía su color, pero que bebimos con fruición.
            Aplacada la sed, volvió a dominar la sensación de que nos observaban, y lo mismo sintieron mis compañeros; pero no vimos a nadie.
Llenamos varias pipas y emprendimos el regreso a las naves, con los ojos puestos en la espesa cortina vegetal,
La noche caía rápida, súbitamente sobre la selva agostada, llenando de sombras el estrecho sendero y agigantando el silencio circundante. En todo el trayecto, no tropezamos con la más mínima señal de vida, aquello semejaba un teatro desierto. Un mundo definitivamente clausurado y muerto.
Al llegar a la playa una enorme luna roja asomaba al fondo de la bahía por sobre las cumbres lejanas.
Esa noche dormimos en cubierta a causa del calor y vimos pequeñas hogueras encenderse en esas montañas aparentemente despobladas.
Era una extraña sensación, la de estar allí tendidos sobre unos maderos, en el centro del gran anfiteatro que formaba la bahía circundada de morros, mientras un mundo de seres y cosas desconocidas vigilaba nuestro sueño.
Durante los cuatro días que siguieron regresamos al pozo sin poder tomar contacto con los misteriosos habitantes de la aldea. No obstante, por las noches volvían a surgir de la nada los fuegos.
                                               Fragmento extraído de Maluco de Napoleón Baccino.