lunes, 4 de diciembre de 2023

Secuencia APE 9o. años Los migrantes y el agua de la muerte


Migrantes en Túnez.

Rosalba Oxandabarat

Los migrantes y el agua de la muerte

Las personas que vemos en la foto, por esas raras coincidencias de gestos especiales que un fotógrafo alerta llega a captar, parecerían adorar la luz, buscarla, recibirla. En realidad, la foto retrata a migrantes somalíes que buscan señal con sus celulares. Buscan comunicarse con parientes en una playa llamada Korlay, cerca de Djibouti. Korlay, se explica, significa “agua muerta” o “agua de la muerte”. Junto al agua de la muerte, los somalíes de la foto, como todo migrante, buscan alguna manera de perpetuar o mejorar su vida. Y es trágicamente acertada esa conjunción, porque la manera en que los africanos que huyen de su país transitan esa migración comporta, ciertamente, peligros de muerte. Y muerte en el agua. 

Esta misma semana otra foto dio la vuelta al mundo: mostraba a un niño pequeño, de unos 4 años, caminando solo en el desierto que separa a Jordania de Siria. Fue publicada en varios medios, como un hecho patético y milagroso. En realidad, el niño marchaba solamente unos cuantos metros atrás de sus familiares, y de un grupo conformado por los tantos que periódicamente huyen de la violencia en Siria. Y no deja de ser irónico que una foto, no trucada, pero sí recortada, provocara tanta emoción en un mundo donde la noticia, ya no de cuántos miles huyeron de acá o de allá para llegar a tierras que creen más promisorias, sino de cuántas decenas que sumándose van redondeando unos cuantos miles mueren en el intento desde que, en 1988, aparecieron los primeros cadáveres en el Estrecho de Gibraltar. Hace pocos días una decena de migrantes procedentes de Marruecos murieron tratando de ingresar a España.

Lo extraño es que estas personas, como las que murieron en Ceuta, quieren llegar a un país azotado por la crisis y el desempleo, y parten desde un continente que -según la coordinadora de Desarrollo Local Sostenible, de Alianza por la Solidaridad, Almudena Moreno- crece un promedio de 9 por ciento anual. Pero, señala el mismo informe, el último Afrobarómetro “pone en evidencia la desconexión entre la riqueza creada por los estados y la persistencia de la pobreza de una ciudadanía que tiene serios problemas para garantizar sus necesidades más básicas”. En el África subsahariana, continúa, una quinta parte de la población padece malnutrición y hambruna, mientras en el continente grandes compañías compran tierras “para producir alimentos que luego exportan, mientras los habitantes locales pasan hambre”.

Y además, no hay que desdeñar la fuerza del sueño del país mejor. El sueño de ser uno más en un país que creen mejor. Entre los derechos humanos debería estar el derecho a ser considerado un vecino. Ser considerado tal no quiere decir que tu vecino te ame, te visite, te invite a su casa, aparezca frente a la tuya -como se ve en algunas películas hollywoodenses, para “americanos-americanos”, naturalmente- con una tarta de chocolate para darte la bienvenida. Solo significa que reconozca tu derecho a estar ahí, a no mirarte como intruso, a no confinarte en tu extrañeza. Nada de eso les pasará a los migrantes, si es que logran pasar las fronteras que los repelen. La historia de las migraciones abarca mucho más que historias humanas, pero estas la surcan y la riegan con infinito dolor. 

En El País de Madrid (10 de febrero de este año) la escritora Almudena Grandes, refiriéndose a los muertos en Ceuta, publica: “En Marruecos se siguen viendo los telediarios españoles, una repugnante espiral de escándalos, corrupción, desahucios, suicidios, desempleo y desesperación, pero ellos lo siguen intentando. Con concertinas, con botes de humo, con las mortíferas corrientes del Estrecho, se siguen jugando la vida, la siguen perdiendo. Prefieren ser pobres en España que uno más en sus países de origen. A mí, cuando pienso en ellos, en su miseria, en sus anhelos, en las camisetas del Barça o del Madrid que algunos se pondrían para venir a morir a Ceuta, se me parte el corazón. Y hasta echo de menos a Dios, porque si creyera en él tendría al menos la esperanza de que alguien pague por esto alguna vez, en alguna parte”.

Por ahora, nadie pagó.

Secuencia APE 


 

 ACTIVIDADES PARA EL ARTÍCULO LOS MIGRANTES Y EL AGUA DE LA MUERTE

 

 Luego de leer el artículo atentamente, contesta las siguientes preguntas. Recuerda revisar tu puntuación y ortografía.

 1) Nombra los paratextos que encuentras en esta hoja. Explica para qué sirven.

2) De las siguientes opciones, señala qué clase de texto te parece que es, justifica tu respuesta.

a)                 Una novela

b)                 Un cuento

c)                 Un artículo periodístico

d)                Una obra de teatro

3) ¿Qué significa ser migrante?

4) ¿Quiénes son los migrantes a los que se refiere el texto? ¿De dónde provienen?

5) ¿Por qué deben migrar? ¿Cuáles son los problemas que tienen en sus países de origen?

6) ¿Cuáles son los peligros que enfrentan al emigrar?

7) Selecciona una opción y justifica tu respuesta. Las letras en cursiva que aparecen en el texto:

a)                 No significan nada

b)                 Es la misma autora que cambia la letra

c)                 Están en cursiva para mostrar lo que piensa otra persona.

d)                Están en cursiva para mostrar lo que piensan dos personas más.

8) Escribe todas las referencias a la palabra “muerte” que encuentres en el primer párrafo de este texto.

9) ¿Qué tipo de sintagmas son “el agua de la muerte” y “muerte en el agua”? Justifica tu respuesta explicando cuál es el núcleo y a qué categoría de palabras pertenece.

10) La autora nos cuenta que los migrantes pretenden llegar a España. A lo largo del texto, Rosalba señala los problemas que tiene España como un alto desempleo, enumera los demás problemas que señala la autora.

11) Rosalba Oxandabarat escribe este texto porque (puedes marcar más de una opción):

a)                 Quiere exigir justicia para las personas que deben migrar en estas condiciones.

b)                 Porque piensa que la migración es un derecho humano.

c)                 Porque está aburrida.

d)                Porque no se le ocurrió otra cosa.

e)                 Porque quiere narrar hechos que suceden con frecuencia, pero que no muchos conocen.

13) Marca enunciado, verbos conjugados, oraciones, sujeto expreso o tácito, predicado.

 “Esta misma semana otra foto dio la vuelta al mundo: mostraba a un niño pequeño, de unos 4 años, caminando solo en el desierto que separa a Jordania de Siria.